La aprobación de un nuevo fármaco es un proceso complejo. Se requiere presentar una serie de estudios que demuestren su superioridad frente a placebo (curiosamente, se aprueba aunque sea igual de eficaz que otros ya existentes y más baratos, pero de eso hablaremos en otra ocasión...) en una determinada indicación.
Y, por consiguiente, resulta aprobado su uso (y su financiación cargo al erario público) para esa indicación. Pero entonces, al menos en psiquiatría, que es lo que conocemos, empieza a ser promocionado por la empresa que lo fabrica para ser recetado en indicaciones fuera de ficha técnica. Y no es que estemos en contra de ello de una forma absoluta. Parece razonable usar un fármaco indicado en esquizofrenia para una psicosis aguda (sí, existen psicosis agudas que no cronifican, aunque parece que ya la información científica subvencionada por la industria, que es casi la única que recibimos, no las recuerda... es mejor medicar de por vida o, al menos, más rentable..).
Pero luego hay usos como poco peculiares, como el ejemplo que nos ocupa. Nuestro nuevo superfármaco... ¡el nitoman! Por más que miramos la ficha técnica sólo encontramos indicada la tetrabenazina (que es el principio activo del invento) para los "trastornos del movimiento asociados a la Corea de Huntington". No entendemos, pues, cómo es que los visitadores lo publicitan (eso oímos de algunos compañeros, porque ya no los recibimos, qué descanso...) para la discinesia tardía u otros trastornos motores inespecíficos...
Se podría argumentar que hay que "probar" el nuevo fármaco, pero nos parece una prueba un tanto peligrosa, ya que este fármaco, como todos, no es inocuo. Es decir, tal vez sea tremendamente útil para el Huntington, no somos neurólogos ni vemos pacientes de esas características así que no lo sabemos, pero "probarlo" a ver si funciona en alteraciones motoras diferentes, fuera de indicación, nos parece arriesgar demasiado. Si nos detenemos en esa ficha técnica, vemos que causa de forma muy frecuente (más del 10% de pacientes) depresión, somnolencia, parkinsonismo, temblor o exceso de salivación, no en vano es un neuroléptico. Aparte de riesgos muy poco frecuentes, pero existentes, de efectos secundarios más graves como el síndrome neuroléptico maligno.
Y que quede claro que sabemos que el Huntington es una enfermedad terrible y que si este fármaco la alivia (sobre todo si lo hace más o mejor de lo que ya lo hacía el haloperidol) será un gran avance. Pero, como hemos dicho, ningún fármaco es inocuo, y éste desde luego tampoco, por lo que nos preocupa que, gracias a una campaña de marketing más o menos hábil, empiece a usarse de forma indiscriminada en pacientes que no lo necesitan (y los viejos del lugar recordarán perfectamente el caso neurontin)... Habrá quien diga que somos catastrofistas y exagerados. Ojalá tengan razón.
Por cierto, la cajita para un mes y una semana, a la dosis mínima recomendada del invento cuesta 185 euros. La de haloperidol valía unos 3 euros. Suponemos que el nuevo será mucho mejor como para justificar el aumento del gasto. Suponemos. Porque a lo mejor dentro de unas décadas, hemos hundido el sistema público de salud y ya no nos queda ni para haloperidol...
O como explico continuamente a la gente que me llega tomando durante años medicación ansiolítica, antidepresiva, etc.... "¡que no son pastillas de goma....!".
ResponderEliminarPor supuesto que de seguir de esta forma nos acabaremos cargando el sistema, esta también es una forma de hipotecar el futuro.
Saludos.
Me parece imprescindible emplear la medicación psiquiátrica cuando puede proporcionar un alivio, lo que muchas veces ocurre, pero es aberrante usarla si no va a aportar un beneficio que compense sus riesgos.
ResponderEliminarEn cuanto al coste, no entiendo por qué, entre dos fármacos de igual eficacia, no nos obligamos a prescribir el más barato. Lo que, a su vez, enlazaría con el tema de los genéricos, del que ya hablaremos...
Saludos.
Que simple y elegante: "...proporcionar un alivio..", por supuesto que si, absolutamente si. Lo puede entender todo el mundo, y lo puede aceptar todo el mundo. Proporcinar alivio independientemente de que encontremos solución o no, siempre aspirando a ello, y sin reducir a las personas a su química, sin hacerles creer cosas que acabarán perjudicándoles.
ResponderEliminarSaludos.
Según su criterio: ¿Recomendaría Nitoman para una paciente "coreana" de 46 años?
ResponderEliminarDesde ya, muy agradecido
Evidentemente los médicos ya no curamos. Solo hacemos enfermos crónicos.La industria farmaceutica es la que patrocina la investigación y por supuesto prefiere fármacos caros y pativos crónicos para seguir forrándose.Lo pagan los pacientes. Lo pagamos todos.
ResponderEliminarCON EL NITOMAN NO DORMIA Y ADEMÁS ME DABA RIGIDEZ MUSCULAR
ResponderEliminarVeo que nadie responde a estos comentarios y ya que se lanza la piedra ,debería al menos darse más información .Como usted dice puede causar síndrome neuroléptico maligno ,pero aún así lo recetan por ejemplo el neurólogo de un familiar para las discinesias tardías que no supo valorar el psiquiatra y que durante mucho tiempo han martificado a dicho familiar .Por lo tanto ,algo de culpa ha de tener tanto quien receta medicaciones que te llevan a tener discinesia tardía y no ver la causa de esos movimientos hasta que le ve un neurólogo y el neurólogo recetar dicha medicación sin saber si esta puede causar un síndrome maligno en el enfermo .Unos por otros considero que la casa queda sin barrer y espero perdone mi franqueza
ResponderEliminarMuy curioso el medicamento ,sobretodo cuando tienes discinesias tardías por la mala valoración del psiquiatra y es el neurólogo el que te diagnostica dichas discinesias .Para paliar la tremenda caga... El neurólogo te receta Nitomán que probablemente te siente como un tiro o con un poco de mala suerte un síndrome neuroléptico maligno ,PERO ...¿A quién le imnporta ?Quizá al único que ha tenido valor para escribir este artículo
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