Es una sensación curiosa la de empezar a escribir un blog... Hasta no hace mucho creíamos que "blog" venía a ser el ruido que hacía la rana (aunque eso supongo que es más bien "croac"), y hace un poco menos creíamos que eran sesudos comentarios que redactaban influyentes expertos en determinadas materias... Pero resulta que últimamente hemos leído bastantes blogs (algunos muy recomendables y mucho mejores que éste nuestro vienen reseñados en el lateral) y pensamos... ¿y por qué no?
Y aquí estamos intentando completar una primera entrada. Se trata de un blog sobre la psiquiatría como disciplina. Lo que significa que es un espacio para hablar y comentar acerca de la mente y el alma, de la locura y el deseo, del sufrimiento y de su (intento de) alivio... Pero también es un blog sobre la psiquiatría como institución. Lo que significa que es un espacio para hablar acerca de lo que consideramos que va mal o que podría ir mejor en el sistema de control social (microfísicas del poder foucaltianas mediante) del que formamos parte como profesionales de la salud mental.
En un libro muy recomendable que leímos hace tiempo, titulado Hechos y valores en psiquiatría, de Enrique Baca y José Lázaro (editores) y publicado por la Editorial Triacastela en la colección Fundación Archivos de Neurobiología, encontramos capítulos muy interesantes escritos, por ejemplo, por Manuel Desviat y Alberto Fernández Liria, que tal vez comentemos en otra ocasión. Pero hoy queremos detenernos en el capítulo escrito por Julio Sanjuán, titulado "Cuatro propuestas para la reconciliación doctrinal" y, concretamente, en su comienzo. Empieza con una historia clínica inspirada en un artículo de prensa recogido por A.Clare en 1980 en el libro Psychiatry in Dissent, y es la que recogemos a continuación:
Nombre del paciente: Psiquiatría.
Edad: media.
Antecedentes personales: nació en Europa y tuvo una infancia enfermiza entre marginados. Fue sacada del hospicio por un tal Pinel y luego bautizada por un capellán alemán llamado Kraepelin. Gracias al Dr.Freud alcanzó enorme éxito social para alguien tan joven. Influyó en compañeras mucho mayores como la educación y las artes y en menor medida en otras también jóvenes como la publicidad y la criminología.
Enfermedad actual: en los años sesenta pasó por un período de ansiedad y pérdida de confianza en sí misma que atribuye a la dificultad de conseguir resultados probados y al exceso de trabajo. También en aquella época oía voces interiores en distintos lenguajes. Desde hace algunos años, pasa por una fase de excitación, dice haber encontrado ¡por fin! un lenguaje común (basado en acuerdos y criterios). Manifiesta posibles ideas delirantes de grandeza (trae muchas hojas confusas de datos de genética y de neuroimagen). Presenta, asimismo, ciertos rasgos paranoides, insiste en que antiguas amigas (neurología, psicología) preparan un complot para hacerla desaparecer.
Diagnóstico: crisis de identidad (necesidad de descartar personalidad múltiple). Riesgo de brote psicótico (tipo maniforme).
Tratamiento recomendado: en estudio. El paciente tiene dificultad para establecer una alianza terapéutica y muestra una creciente dependencia de las drogas.
Pronóstico: problemático.
Y un poco de este pobre (y peligroso) paciente versará nuestro blog...