domingo, 4 de marzo de 2018

Libro "POSTPSIQUIATRÍA" (Amaia Vispe y Jose G.-Valdecasas, editorial Grupo 5)


Hoy traemos nada menos que -por fin- el anuncio de que nuestro libro acaba de salir de imprenta. Como sabrán si son lectores fieles (y si no, pues para eso lo decimos), hemos preparado un libro para la editorial Grupo 5 en su colección "Salud mental colectiva" dirigida por Manuel Desviat. Se trata de una recopilación y revisión de textos y pensamientos que hemos ido plasmando en este blog a lo largo de sus ya casi ocho años. Y después de mucho trabajo de selección, síntesis, escritura y corrección, al final la obra ve la luz. Como cantaba La Mandrágora hace casi cuarenta años cuando celebraba la muerte del dictador, son para nosotros momentos de gran emoción...

Este libro nace a partir nuestro blog postPsiquiatría, como un conjunto de reflexiones, sin duda críticas, acerca de la psiquiatría actual. Reflexiones que tratarán de señalar, entre otros temas, la exagerada psiquiatrización de malestares de origen social, la dificultad e inconsistencia de los diagnósticos psiquiátricos, la perniciosa influencia de la industria farmacéutica sobre los profesionales y una amplia revisión de estudios científicos que discuten, con datos, un discurso triunfalista sobre los tratamientos psicofarmacológicos, que exagera beneficios escasos y minusvalora riesgos potencialmente graves.

La finalidad del libro es colaborar, en la medida de sus posibilidades, en lograr un cambio en la psiquiatría, como institución social organizada de determinada manera en nuestro contexto socio-cultural y como disciplina más o menos científica, para hacerla más útil para las personas que atiende y la sociedad en que se inserta y, de forma aún más urgente, menos perniciosa para todos. Una meta que por momentos parece casi inalcanzable, pero no será porque dejemos de intentarlo. Como siempre nos gusta decir: habrá que luchar sin miedo y, si es preciso, sin esperanza.








Aquí, la página web de la editorial donde se puede adquirir:




Y aquí, su índice:


1. ¿El fin de la psiquiatría? Textos para prácticas y teorías: psiquiatría, antipsiquiatría, postpsiquiatría.
  • De traidores, víctimas y deserciones: diario de guerra en Monte Miseria.
  • El artículo fundacional de la postpsiquiatría: ¿un nuevo rumbo para la salud mental?


2. Bases filosóficas explícitas 
  • Determinismo o libertad: recorrido filosófico (inevitablemente parcial).
  • La cuestión postmoderna a partir de Lyotard.
  • Apuntes sobre feminismo.
  • Cuestiones sobre género: naturaleza o cultura.


3. Funciones y disfunciones de la psiquiatría. 
  • Para qué sirve y para qué se usa la psiquiatría.
  • Reflexiones sobre la psiquiatría desde Tecnologías del yo de Michel Foucault.
  • De juicios y prejuicios: subjetividad en psiquiatría.
  • Diagnóstico e investigación: una relación problemática.
  • El fin de la psicopatología.
  • Consultas (desbordadas) de salud mental.


4. De paradigmas psiquiátricos en crisis.
  • El psicoanálisis y nosotros, que lo quisimos tanto.
  • Crisis: ¿hacia un nuevo paradigma en psiquiatría?
  • En busca de un modelo ajustado a la recuperación: una revisión desde la enfermería.


5. La locura: naturaleza, clasificación, destino. 
  • Nosología psiquiátrica: pasado y presente.
  • Conceptos de esquizofrenia y delirio.
  • La(s) psicosis: definición.
  • La(s) psicosis: enfermedad, estructura, condición.
  • Psicosis agudas (y no primeros episodios psicóticos).
  • De construcciones y deconstrucciones: la psicosis histérica.


6. Industria farmacéutica y psiquiatría.
  • La raya en la arena: o psiquiatría ética o relaciones con la industria.
  • Protocolo de actuación ante sesiones científicas patrocinadas por la industria farmacéutica.
  • Más allá de lo individual.
  • Modelo de carta a las asociaciones profesionales en relación a su interacción con la industria farmacéutica: transparencia, participación, independencia.


7. ¿Arsenal terapéutico seguro y eficaz? 
  • Medicina basada en la evidencia: entre la herramienta científica y el paradigma comercial, y de la importancia de no confundir una con el otro.
  • Modelos de acción de los psicofármacos.
  • Prevención cuaternaria en salud mental.
  • Razones para prescribir un fármaco nuevo.
  • Prescripción fuera de indicación (off-label): cuestiones legales.
  • Antipsicóticos: eficacia y riesgos.
  • Antidepresivos: eficacia y riesgos.
  • Otros tratamientos: eficacia y riesgos.


8. De locos y derechos civiles: autonomía, diálogo, apoyo mutuo.
  • La (no tan difícil de entender) diferencia entre maldad y locura.
  • Autonomía del paciente y consentimiento informado: un poco de respeto.
  • Voces en primera persona.


9. Mitos en la psiquiatría actual.
  • Ficción de terror: el caso del TDAH.
  • El eterno bulo de los genéricos.
  • El (impactante) caso del factor de impacto.
  • Cuentos sobre neurobiología y neuroprotección.


10. Conclusiones (éticas y políticas).



Además, nuestro más que admirado Iván de la Mata, presidente de la Asociación Madrileña de Salud Mental, tuvo la amabilidad de escribir un prólogo para la obra, que recogemos a continuación:



La psiquiatría, como producto ilustrado, surge como intento de adaptar parte de la representación social previa de la locura al lenguaje y método de la medicina moderna. Este hecho iniciatico de la disciplina la confronta desde el principio con dos tipos de problemas. Por un lado, desde una lógica interna, el intento fallido de referir la subjetividad, los fenómenos mentales, a una señal biológica, prescindiendo del significado y del contexto histórico dónde surgen esas experiencias, lleva a la psiquiatría a continuas aporias y autoreferencias[1]. Por otro lado, que la definición del objeto psiquiátrico, de lo que es normal o anormal, venga dado previamente desde el campo de lo social, anterior a cualquier hecho biológico, hace que que las relaciones entre la psiquiatría y el orden social se hagan más evidentes y problemáticas que en el caso de la medicina. Estas dos problemáticas inherentes a la psiquiatría determinan que a lo largo de su historia se sucedan intentos de organizar de forma coherente sus saberes y sus practicas, a modo de configuraciones (la alienación mental, las enfermedades mentales, las grandes estructuras psicopatologicas..) que aparecen, se desvanecen y se reformulan nuevamente, así como diferentes narrativas fragmentadas que buscan explicar de forma total el significado y la causa de la locura (la fenomenología, el organicismo, el psicoanálisis, el enfoque social..). El resultado es que en cada momento histórico distintas narrativas disputan por erigirse en la verdadera ideología y ocupar un lugar hegemónico. Esta disputa no es ajena al contexto sociopolítico en el que se desenvuelve, sino que, todo lo contrario, establece una relación bidireccional, de manera que determinados discursos surgen como legitimación de unas determinadas prácticas y a su vez esos discursos configuran la mirada sobre los problemas de salud mental y devienen en determinadas prácticas. Por tanto estas discusiones exceden lo meramente académico y se sitúan en el plano de lo social y lo político. Digamos además que, frente a las narrativas dominantes, surgen en cada momento unas resistencias. 

Se puede considerar que la ideología o narrativa que domina actualmente la psiquiatría surge a principios de los años 80 del pasado siglo como un nuevo repliegue de la disciplina a su proyecto original de ser una medicina de la mente tras la serie de cuestionamientos que se habían producido en las décadas previas, tanto desde dentro de la propia especialidad como desde disciplinas externas. La ideología dominante se apuntala en torno a un modelo biomédico reduccionista en el que los fenómenos mentales y las conductas son naturalizadas, individualizadas y finalmente explicadas de forma determinista desde alteraciones básicas de la bioquímica cerebral; de esa manera las raíces sociales y culturales de la locura y los problemas de salud mental son negados o tomados como elementos marginales. Igualmente es importante señalar que para entender cómo este discurso biologicista y tecnológico se configura a modo de verdad explicativa de la naturaleza de las enfermedades mentales hay que situar su éxito en el contexto de los cambios culturales que traen las políticas neoliberales, con su énfasis en la centralidad del individuo. 

La psiquiatría biomédica o biocomercial, como les gusta resaltar a los autores de este libro, parece gozar de muy buena salud si nos atenemos al consumo de psicofármacos o a la creciente cantidad de personas que han sido diagnosticadas con un problema psiquiátrico. Sin embargo, en los últimos años, la psiquiatría biológica reduccionista ha comenzado a dar síntomas de agotamiento y las repercusiones de su praxis cuestionadas tanto desde sectores profesionales (con conclusiones a veces antagónicas) como desde colectivos que han sido objeto de sus prácticas. Incluso recientemente al calor de los debates surgidos en el momento de la aparición del nuevo DSM-5, hay quién se atreve a hablar de una nueva crisis de la psiquiatría[2], comparando la situación actual con aquella que se dio en los años 60 y 70 del siglo pasado. Sin embargo, aun sin poder visualizar el alcance real de este cuestionamiento, es imprescindible situar su análisis en el contexto político, social y cultural actual para evitar la idea de que se trate de una simple repetición de viejas batallas que nos impida construir un nuevo espacio crítico frente a la narrativa dominante. 

Los textos que Amaia Vispe y Jose G.-Valdecasas nos vienen proponiendo desde que iniciaron en 2010 su andadura con el necesario blog postPsiquiatría, y que ahora se recopilan en este libro, ampliados con otros artículos, se sitúan en este espacio de análisis crítico del paradigma dominante actual de la psiquiatría y de construcción de una teoría y práctica alternativa. Para los autores el objetivo de su tarea no ha sido otro que “proporcionar munición a las tropas amigas sobre los peligros de esta psiquiatría biológica a todos los niveles y de las alternativas posibles a la misma”. Añadiríamos que balas de distintos calibres, desde explicitar problemáticas de orden ético y filosófico que atraviesan la clínica hasta recopilar los estudios que evalúan críticamente la tecnología farmacológica. El libro plantea un recorrido por los problemas ontológicos, epistemológicos y prácticos de una psiquiatría reduccionista que posicionada en el lugar de “verdad” se convierte en una psiquiatría sin límites: ¿qué implica reducir la experiencia y la conducta humana a un mero epifenómeno de la actividad cerebral?; ¿qué supone para la clínica organizar su conocimiento en torno unas clasificaciones que “naturalizan” los trastornos mentales, obviando su origen y construcción social?; ¿de qué manera este modelo está condicionando una praxis medicalizadora, objetivante y coercitiva?; ¿cómo influyen los intereses de las industria farmacéutica y tecnológica en mantener esta narrativa?. Cuestiones que aparecen inevitablemente en el día a día de las consultas y frente a las cuales los autores no aceptan la huida. 

Su pretensión no es tanto tener una respuesta, otra verdad, sino dar luz a problemáticas falsamente cerradas por el discurso dominante y situar en un primer plano los aspectos éticos y hermenéuticos de nuestro trabajo. Para poder organizar esta reflexión crítica los autores eligen un nuevo marco de inteligibilidad adaptado al contexto del pensamiento posmoderno. Ese marco de comprensión, explicitado por Bracken y Thomas en su artículo seminal de 2001[3], se ha llamado Postpsiquiatría. Como se explica en el libro, no se trata ya de construir una teoría total alternativa, sino aceptar la naturaleza discursiva de la experiencia y los fenómenos mentales y por tanto los límites explicativos de las diferentes narrativas. Situar la psiquiatría en un marco posmoderno implica renunciar a la omnipotencia de generar un metarelato explicativo para abrirse a otros relatos que den importancia a los contextos (políticos, culturales, económicos y sociales). Significa anteponer una orientación ética a una tecnológica, replantearse las prácticas coercitivas y tener en cuenta que la voz de los usuarios o supervivientes debe ser una de las protagonistas. No sabemos si la postpsiquiatría logrará su objetivo de lograr un cambio paradigmático, pero como lugar donde poder encontrarse (y perderse) los distintos discursos críticos con la tecnopsiquiatría bien merece la pena. En esta tarea no podemos más que agradecer a Amaia Vispe y a Jose G.-Valdecasas su compromiso e inteligencia, demostrado en las páginas que nos brindan. 


Iván de la Mata Ruiz.


[1]Múzquiz Jiménez, A. Configuración de la psicopatología y práctica psiquiátrica. 
Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq., 2013; 33 (119).

[2] Morgan A. Is psychiatry dying? Crisis and critique in contemporary psychiatry.
Social Theory & Health (2015) 13, 141–161.

[3]Bracken, P. y Thomas, P. (2001). “Postpsychiatry: a new direction for mental health". 
BMJ, 322 (7288): pp. 724–727. 


Evidentemente, este libro hubiera sido imposible sin muchas personas que se han cruzado en nuestro camino, desde los ámbitos y circunstancias más diversos y que tanto nos han enseñado: de psiquiatría, de enfermería, de cuidar, de tratar, de no mal-tratar, de usos y abusos... Son tantos maestros, conocidos por nosotros tanto a nivel personal como profesional, tanto cercano como virtual, que nos es totalmente imposible citarlos, porque seríamos incapaces de mencionarlos a todos y cualquier ausencia sería una injusticia. 

A todas y a todos, gracias. Esta obra existe por lo que hemos aprendido de otros.