miércoles, 28 de mayo de 2014

Intervención en la psicosis, el modelo de Laponia Occidental: Diálogo Abierto (Robert Whitaker)


Primero, vamos con las presentaciones: Mikel Valverde es un psicólogo clínico que ha publicado artículos del máximo interés en nuestro campo (por ejemplo, aquí o aquí) y autor de traducciones de textos englobados en una cierta psiquiatría crítica (es decir: honesta, científica, independiente y volcada al bienestar de los pacientes sin sombra de paternalismo). La última entrada que publicamos estaba escrita por él y por el psiquiatra José A. Inchauspe y hoy recogemos de nuevo una traducción que tuvo la amabilidad de hacernos llegar. Se trata de un texto escrito por Robert Whitaker, periodista de investigación especializado en temas de Salud Mental (la página web que dirige, Mad in America, es absolutamente imprescindible), perteneciente a su libro Anatomy of An Epidemic: Magic Bullets, Psychiatric Drugs, and the Astonishing Rise of Mental Illness in America, incomprensiblemente no publicado en castellano. A continuación, el texto de Whitaker traducido por Valverde:



Intervención en la psicosis, el modelo de Laponia Occidental: Diálogo Abierto

Durante mucho tiempo, Laponia Occidental, Finlandia, tuvo una de las tasas más altas de esquizofrenia de Europa. Allí viven alrededor de 70.000 personas, y en la década de 1970 y principios de 1980, cada año se daban veinticinco o más nuevos casos de esquizofrenia, la tasa de incidencia era el doble o incluso el triple que en otras partes de Finlandia y del resto de Europa. Además, los pacientes habitualmente se convertían en enfermos crónicos. Pero hoy los resultados a largo plazo de los pacientes psicóticos en Laponia Occidental son los mejores del mundo occidental, y en esta región se ven ahora muy pocos casos nuevos de esquizofrenia.

Este es un éxito clínico que ha estado gestándose durante décadas. Comenzó en 1969, cuando Yrjö Alanen, un psiquiatra finlandés que tenía formación psicoanalítica, llegó al hospital psiquiátrico en Turku, una ciudad portuaria en el suroeste de Finlandia. En aquel momento, eran pocos los psiquiatras en el país que creían que la psicoterapia pudiera ayudar a los pacientes esquizofrénicos. Sin embargo, Alanen pensaba que las alucinaciones y los delirios paranoides de los pacientes esquizofrénicos, cuando se analizaban detenidamente, muestran historias con sentido. Los psiquiatras del hospital, las enfermeras, y el personal debían escuchar a los pacientes. "Es casi imposible para cualquiera que se reúna con las familias de estos pacientes no entender que expresan sus dificultades en la vida", explicaba Alanen en una entrevista en el hospital psiquiátrico de Turku. "No están listos” para ser adultos, y "podemos ayudarles a desarrollarse".

Durante los siguientes quince años, Alanen y unos cuantos psiquiatras de Turku, en particular Jukka Aaltonen y Viljo Räkköläinen, crearon lo que denominaron el “Tratamiento Adaptado a las Necesidades” para pacientes psicóticos. Dado que los pacientes psicóticos son un grupo muy heterogéneo, decidieron que el tratamiento tenía que ser uno específico para cada caso. Algunos pacientes en un primer episodio tendrían que ser hospitalizados, pero otros no. Algunos podrían beneficiarse de dosis bajas de medicamentos psiquiátricos (ya sean benzodiazepinas o neurolépticos), y otros no. Y lo más importante, los psiquiatras de Turku impulsaron la terapia con el grupo familiar de un tipo particularmente colaborativo como el tratamiento central. Psiquiatras, psicólogos, enfermeras, y otros profesionales se formaron en terapia familiar. Y equipos formados por dos o tres profesionales especializados en terapia familiar, trabajando sobre la psicosis, se reunirían periódicamente con el paciente y su familia. Las decisiones sobre el tratamiento del paciente se realizarían de forma conjunta en esas reuniones.

En esas sesiones, los terapeutas no se preocupaban tanto en conseguir que los síntomas del paciente psicótico disminuyeran. Por el contrario, la conversación se centraba en los éxitos y logros previos del paciente, con la idea de que esto ayudaría a fortalecer el "control sobre su vida". La esperanza, dijo Räkköläinen, "es que no han perdido la idea de que pueden ser como los demás”. El paciente también podía recibir psicoterapia individual, como ayuda a lo largo de este proceso, y, finalmente, se animaba al paciente a construir una nueva "auto-narrativa" y mirar mas allá, el paciente imaginaba un futuro en el que él o ella se integraba en la sociedad, en vez de aislarse. "Con la concepción biológicista de la psicosis, no se puede valorar los logros previos" o las posibilidades futuras, decía Aaltonen.

Durante los años 1970 y 1980, los resultados en los pacientes psicóticos en el sistema de Turku mejoraron consistentemente. Muchos pacientes crónicos fueron dados de alta del hospital, y un estudio sobre pacientes de tipo esquizofrénico en primer episodio que fueron tratados en 1983 y 1984 encontró que el 61 por ciento estaban asintomáticos al término de cinco años y sólo el 18 por ciento se encontraban incapacitados. Este fue un muy buen resultado, y desde 1981 a 1987, Alanen coordinó el Proyecto Nacional de la Esquizofrenia en Finlandia, que determinó que el modelo de Tratamiento Adaptado a las Necesidades desarrollado en Turku podría introducirse con éxito en otras zonas. Dos décadas después de que Alanen y otros iniciaran su proyecto en Turku, en Finlandia se decidió que de hecho la psicoterapia podría ayudar a los pacientes psicóticos.

No obstante, la cuestión de una mejor utilización de los antipsicóticos prosiguió, y en 1992, Finlandia puso en marcha un estudio sobre pacientes en primer episodio y su evolución. Los seis lugares del estudio trajeron a pacientes recién diagnosticados al Tratamiento Adaptado a las Necesidades, pero en tres de los centros, los pacientes no fueron medicados con antipsicóticos durante las tres primeras semanas (se podían utilizar benzodiazepinas), y el tratamiento farmacológico se iniciaría sólo si el paciente no había mejorado en este período. Al final de dos años, el 43 por ciento de los pacientes de los tres lugares "experimentales" nunca estuvieron expuestos a los neurolépticos, y de forma general los resultados en los lugares experimentales fueron "algo mejor" que en los centros donde casi todos los pacientes fueron expuestos a los medicamentos. Además, entre los pacientes de las tres zonas experimentales, los que nunca fueron expuestos a los neurolépticos tuvieron los mejores resultados.

"Yo aconsejaría un uso [de medicamentos] según cada caso específico", dijo Räkköläinen. "Inténtelo sin antipsicóticos. Usted los puede tratar mejor sin medicación. Llegan a ser más interactivos. Ellos se convierten en si mismos". Aaltonen añadió: "Si puede retrase la medicación, esto es importante".

Podría parecer que la psiquiatría finlandesa, habida cuenta de los resultados del estudio, tendría que abrazar esta experiencia a nivel nacional con "un uso no inmediato de los neurolépticos" como modelo de cuidados. Pero Alanen y los demás creadores del Tratamiento Adaptado a las Necesidades se jubilaron, y en la década de 1990, el tratamiento de la psicosis de Finlandia se convirtió en algo mucho más orientado "biológicamente". Incluso hoy, en Turku en el primer episodio, los pacientes son habitualmente tratados con antipsicóticos, y las directrices finlandesas sugieren hoy que los pacientes se mantengan con fármacos durante al menos cinco años después del primer episodio. "Estoy algo decepcionado", confesó Alanen al final de nuestra entrevista.

Afortunadamente, en uno de los tres lugares "experimentales" del estudio de 1992-1993 se tomaron los resultados muy en serio. Y este lugar fue Tornio, en Laponia Occidental.

En mi camino hacia el norte, a Tornio, me detuve a entrevistar a Jaakko Seikkula, profesor de psicoterapia en la Universidad de Jyväskylä. Además de trabajar en el Keropudas Hospital de Tornio durante casi veinte años, ha sido el autor principal de varios estudios que documentan los resultados extraordinarios de los pacientes psicóticos en Laponia Occidental.

La transformación de la asistencia en el Hospital Keropudas, partiendo de un sistema en el cual los pacientes eran hospitalizados y medicados regularmente a otro en el cual los pacientes son pocas veces hospitalizados y sólo de vez en cuando medicados, se inició en 1984, cuando Räkköläinen visitó y habló sobre el tratamiento adaptado a las necesidades. El staff de Keropudas, recordaba Seikkula, acogió de inmediato su sentido participando en "encuentros abiertos", donde cada participante compartía libremente sus pensamientos, y sintió que daba a los pacientes psicóticos una experiencia muy diferente a la psicoterapia convencional. "El lenguaje que utilizamos cuando el paciente está sentado junto a nosotros es tan diferente del que usamos para nosotros [los terapeutas] cuando hablamos del paciente", dijo. "Nosotros no utilizamos las mismas palabras, y tenemos que escuchar más las ideas del paciente sobre lo que está pasando y prestar más atención a la familia".

Con el tiempo, Seikkula y otros, en Tornio, desarrollaron lo que llamaron la terapia de Diálogo Abierto, que era una sutil variación del Tratamiento Adaptado a las Necesidades de Turku. Al igual que en Turku, los resultados de los pacientes en Laponia Occidental, mejoraron en la década de 1980, y luego Tornio fue seleccionado para ser uno de los tres lugares experimentales en 1992-93 en Finlandia, en los estudios de primeros episodios. Tornio captó treinta y cuatro pacientes, y al finalizar los dos años, veinticinco nunca fueron expuestos a los neurolépticos. Casi todos los pacientes nunca medicados del estudio a nivel nacional (de veinticinco de veintinueve) llegaron en realidad desde este lugar, y por lo tanto, fue sólo en este lugar donde el personal del hospital observó el curso a largo plazo de la psicosis sin medicar. Y encontraron que aunque la recuperación de la psicosis a menudo avanza a un ritmo bastante lento, ocurre de forma habitual. Los pacientes, Seikkula dijo, "volvieron a su trabajo, a sus estudios, a sus familias."

Alentados por los resultados, el Hospital Keropudas inició un nuevo estudio que permitiera conocer la evolución a largo plazo de todos los pacientes con primer episodio psicótico en Laponia Occidental desde 1992 hasta 1997. Al final de cinco años, el 79 por ciento de los pacientes estaban asintomáticos y el 80 por ciento trabajaban, estudiaban o buscaban trabajo. Sólo el 20 por ciento tenían una incapacidad reconocida. Dos tercios de los pacientes nunca habían estado expuestos a la medicación antipsicótica, y sólo el 20 por ciento tomó fármacos de forma frecuente. En Laponia Occidental se había descubierto un método con éxito, que ayudaba a los pacientes psicóticos a recuperarse, y que estaba ligado a su política de no utilizar de forma inmediata neurolépticos en el primer episodio de los pacientes, y era como si proporcionara una "válvula de escape" para que pudieran recuperarse naturalmente.


Resultados a los cinco años en primeros episodios de psicosis en Laponia Occidental tratados con la Terapia Diálogo Abierto:


Pacientes (N=75)

Esquizofrenia (N=30)

Otros trastornos psicóticos (N=45)


Uso de Antipsicóticos

Nunca fueron expuestos: 67%

Uso ocasional durante los cinco años: 33%

Tomándolos al finalizar los cinco años: 20%


Síntomas psicóticos

Nunca recayeron en cinco años: 67%

Asintomáticos a los cinco años: 79%


Resultados a los cinco años

Trabajando o estudiando: 73%

Desempleados: 7%

Discapacitados: 20%


Seikkula, J. “Five-year experience of first-episode nonaffective psychosis in open-dialogue approach.”
Psychotherapy Research 16 (2006): 214–28.



"Confío en esta idea", dijo Seikkula. "Hay pacientes que pueden estar viviendo de una manera bastante peculiar, y que pueden tener ideas psicóticas, pero que todavía pueden aferrarse a una vida activa. Pero si son medicados, y debido a la acción sedante de los fármacos, pierden ese ‘control sobre la vida', y esto es muy importante. Se vuelven pasivos, y ya no cuidan de sí mismos".

Hoy en día, las instituciones psiquiátricas de Laponia Occidental, consisten en cincuenta y cinco camas en el Hospital Keropudas, que se encuentra a las afueras de Tornio, y cinco ambulatorios de salud mental. Hay alrededor de cien profesionales de Salud Mental en el sector (psiquiatras, psicólogos, enfermeras y trabajadores sociales), y la mayoría han completado un período de novecientas horas, un curso de tres años, en terapia familiar. Muchos de los profesionales, incluidos la psiquiatra y los psicólogos Birgitta Alakare Tapio Salo y Kauko Haarakangas, han estado allí durante décadas, y hoy la terapia de Diálogo Abierto es una forma asistencial muy refinada.

Su concepto de psicosis es algo totalmente diferente, que no acaba de encajar en cualquier categoría biológica o psicológica. En cambio, creen que la psicosis surge en relaciones sociales severamente dañadas. "La psicosis no vive en la cabeza. Vive entre los miembros de la familia y entre las personas", explicó Salo. "Está en la relación, y el psicótico es quien la hace visible. Él o ella ‘carga con los síntomas’ y tiene el peso de llevarlos".

Con la mayoría del personal del sector formada en terapia familiar, el sistema es capaz de responder rápidamente a una crisis psicótica. Quien es primeramente contactado -por un padre, un paciente que busca de ayuda, o tal vez un responsable del colegio- se encarga de organizar una reunión en las siguientes veinticuatro horas, y la familia y el paciente deciden dónde se celebrará el encuentro. La casa del paciente es el lugar preferido. Debe haber al menos dos miembros del equipo presentes en la reunión, y preferiblemente tres, y estos se convierten en el "equipo", que idealmente se mantendrá unido, durante todo el tratamiento del paciente. Todos van a la primera reunión conscientes de que "no saben nada", dijo la enfermera Mia Kurtti. Su trabajo consiste en promover un "diálogo abierto" en el que los pensamientos de todo el mundo puedan ser expresados, y contemplan a los miembros de la familia (y amigos) como aliados en el trabajo. "Somos especialistas en decir que no somos especialistas", dijo Birgitta Alakare.

Los terapeutas se consideran a sí mismos como invitados en la casa del paciente, y si un paciente agitado corre a su habitación, simplemente se le pide al paciente que deje la puerta abierta, de modo que pueda escuchar la conversación. "Ellos escuchan voces, nos encontramos con ellos y tratamos de tranquilizarlos", dijo Salo. "Están psicóticos, pero no son violentos en absoluto”. De hecho, la mayoría de los pacientes quiere contar su historia, y cuando hablan de las alucinaciones y los pensamientos paranoides, los terapeutas, simplemente escuchan y reflexionan sobre lo que han oído. "Yo creo que [los síntomas psicóticos] son muy interesantes", dijo Kurtti. "¿Cuál es la diferencia entre voces y pensamientos? Tengamos una conversación".

No se mencionan los antipsicóticos en las primeras reuniones. Si el paciente comienza a dormir mejor y bañarse con regularidad, y si de alguna manera comienza a restablecer sus conexiones sociales, los terapeutas saben que el "control sobre su vida" se está fortaleciendo, y que el fármaco no será necesario. De vez en cuando, Alakare puede prescribir una benzodiacepina para ayudar a una persona a dormir, o para disminuir la ansiedad del paciente, y al final le puede recetar un neuroléptico a dosis bajas. "Por lo general sugiero que lo use durante varios meses", dijo Alakare. "Pero cuando los problemas desaparecen, después de seis meses o un año, o tal vez incluso después de tres años, tratamos de detener la toma del medicamento".

Desde el principio, los terapeutas se esfuerzan en dar, tanto al paciente como a su familia, una sensación de esperanza. "El mensaje que damos es que podremos superar esta crisis. Tenemos la experiencia de que las personas pueden mejorar, y tenemos confianza en esta posibilidad ", dijo Alakare. Hemos encontrado que puede llevar bastante tiempo -dos, tres o incluso cinco años- para que un paciente se recupere. Aunque los síntomas psicóticos de un paciente pueden disminuir con bastante rapidez, centrarse en el "control sobre la vida" del paciente y reparar su relación con la sociedad es una tarea mucho mayor. El equipo sigue encontrándose con el paciente y la familia, y según como se desarrolle este proceso, se pide a sus profesores y/o a los probables encargados laborales que asistan también. "Se trata de restaurar las relaciones sociales", dijo Salo. "Que el espacio relacional vuelva a funcionar, con la familia y amigos."

Durante los últimos diecisiete años, la terapia Diálogo Abierto ha transformado "el cuadro de la población psicótica" en Laponia Occidental. Desde el estudio en 1992-1993 ni un solo un primer episodio psicótico ha terminado con una hospitalización cronificada. El gasto en los servicios psiquiátricos de la región se redujo en un 33 % desde los años 1980 y 1990, y en la actualidad es el sector con menor gasto per cápita en servicios de salud mental de todos los sectores de salud en Finlandia. Las tasas de recuperación se han mantenido altas: desde 2002 hasta 2006, Tornio participó en un estudio multinacional de los países nórdicos en primeros episodios de psicosis, y al final de dos años, el 84 por ciento de los pacientes habían vuelto al trabajo o a la escuela, y sólo el 20 por ciento tomaban antipsicóticos. Lo más notable de todo es que la esquizofrenia está desapareciendo del sector. Las familias en Laponia Occidental se sienten cómodas con esta forma amable de cuidados, y llaman al hospital (o a uno de los consultorios de atención ambulatoria) al primer signo de psicosis de un ser querido, con el resultado de que hoy los pacientes en un primer episodio suelen tener síntomas psicóticos de menos de un mes y, con un tratamiento iniciado en este primer momento, muy pocos llegan a desarrollar la esquizofrenia (el diagnóstico se hace después de que un paciente haya estado psicótico durante más de seis meses). Sólo dos o tres nuevos casos anuales de esquizofrenia, como tal, se dan en Laponia Occidental, una reducción del 90 por ciento desde principios de 1980.

El éxito de Tornio ha llamado la atención de quienes prestan asistencia en salud mental de otros países europeos, y durante los últimos veinte años, dos o tres grupos de otros países europeos han informado que la combinación de atención psicosocial y la limitación en el uso de neurolépticos produce buenos resultados. "Esto ha sucedido realmente”, dijo Seikkula. "No es sólo una teoría”.

En mi camino de regreso a Helsinki, seguí dándole vueltas a este pensamiento: ¿Por qué las reuniones grupales de Tornio resultarán tan terapéuticas? Teniendo en cuenta los resultados de la literatura sobre los neurolépticos, yo puedo entender que un uso selectivo de los fármacos sea tan útil. Pero ¿por qué la terapia Diálogo Abierto para pacientes psicóticos ayuda a curarse?

Durante los dos días en Tornio, me senté en tres sesiones de grupo, y aunque no hablo finlandés, sin embargo me fue posible tener una idea del tono emocional de las reuniones y observar cómo la conversación fluía. Todos se sentaban en un círculo, de una manera muy relajada y tranquila, y antes de que alguien hablara, a menudo había un momento, una fracción de segundo de silencio, como si quien fuera a hablar estuviera recogiendo sus pensamientos. De vez en cuando alguien reía, yo no pude identificar momentos en el que alguien interrumpiera, y sin embargo tampoco ninguna persona parecía hablar mucho rato. La conversación parecía impregnada de amabilidad y humildad, y la familia y los pacientes escuchaban con gran atención cada vez que los terapeutas se miraban y hablaban entre ellos. "Nos gusta saber que es lo que realmente piensan, más que nos den consejos", dijeron los padres de una de las reuniones.

¿Pero, como se entiende todo esto? Todo era un poco desconcertante, e incluso el personal del Hospital Keropudas no había sido capaz de explicar por qué estas conversaciones eran tan terapéuticas. "Los síntomas severos comienzan a irse", dijo Salo, con un encogimiento de hombros. "No sabemos cómo sucede, pero algo [la terapia Dialogo Abierto] debemos estar haciendo bien, porque funciona".




Hay un documental “Open Dialogue” de Daniel Mackler, con subtítulos en español, accesible desde:




19 comentarios:

  1. Me supongo que el diagnóstico psiquiátrico en Laponia es más riguroso hoy de lo fue hace hace 25 años. Porque la incidencia ahora, según este informe, de nuevos primeros casos de esquizofrenia, en un año (0,7 cada 10.000 h), es más o menos lo refleja la literatura de nuestro entorno. La tasa de enfermos crónicos por tanto allí no sorprende. Laponia Occidental es una provincia de Finlandia con una densidad de población extraordinariamente baja. Mis lagunas en epidemiología son oceánicas, pero creo que lo que habría que explicar realmente es esto, como, al igual que se produce en muchos países emergentes, ante un aislamiento geográfico o social, tanta gente reacciona desarrollando una experiencia psicótica breve, que pienso poco o nada tiene que ver con la naturaleza endógena del resto de las psicosis, en una gran mayoría de casos crónicas (y que demasiadas veces derrotan al sujeto para siempre).

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    1. ¿Naturaleza endogena? No hay una sola evidencia científica de ésto. Al revés los estudios más rigurosos y actuales sobre el tema (John Read, Richard Bentall, etc.) ya han dejado claro que no se puede hablar de causas biológicas de la esquizofrenia. Hay que leer más antes de hacer este tipo de aseveraciones que solo desatan la desesperanza y le hacen el negocio a las farmaceúticas

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    2. Por ahora es un indicio, pero es lo más presumible. Todo es más complejo, interactivo, pero esto no critica sea la condición reduccionista fundamental. Yo no me invento la consistencia, más o menos frágil, todavía, de ese amplio consenso. Esos autores ¿psicologistas? (y marginales, porque es así) tampoco lo han rebatido ni demuestran nada.

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  2. "hoy los pacientes en un primer episodio suelen tener síntomas psicóticos de menos de un mes y, con un tratamiento iniciado en este primer momento, muy pocos llegan a desarrollar la esquizofrenia (el diagnóstico se hace después de que un paciente haya estado psicótico durante más de seis meses). Sólo dos o tres nuevos casos anuales de esquizofrenia, como tal, se dan en Laponia Occidental, una reducción del 90 por ciento desde principios de 1980."

    Teniendo en cuenta el coste humano, y económico, de la esquizofrenia, datos como estos tendrían que suponer un reenfoque drástico en el abordaje de los primeros episodios psicóticos.

    ¿Alguien se lo ha contado a la OMS?

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  3. A mi algo no me cuadra o no lo veo. Aaltonen et al., 1997 dan una prevalencia de 7 nuevos casos de esquizofrenia cada año por 100.000 h en esta provincia Finlandesa. En este mismo informe del post, si consideramos que los 30 casos de esquizofrenia son todos los tratados en 5 años, sale a 8.6 casos nuevos de esquizofrenia cada año (con una población supuesta de 70.000h). Hablamos, por supuesto, de enfermos crónicos. En nuestro entorno, el consenso está mas o menos en 7-10 nuevos por 100000 h. Whitaker lo descontextualiza todo y se toma las cifras como el chicle. Que me expliquen el porqué de tanta inquina ideológica. Yo ya lo he dicho, lo único que me parece insólito en esa zona del mundo, y lo siento, con todos mis reparos por estos chocantes autores nórdicos, es el desproporcionado número de gente en los que desencadenan un episodio psicótico breve, muy probablemente por factores ambientales.

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    1. Como el chicle está el cerebro de los psiquiatras biologistas. La esquizofrenia es ambiental. Todo conflicto psíquico es ambiental. No existen causas biológicas/genéticas. 'Decir irreal es poco'. Será para los de la vieja escuela, cuya incredulidad siempre encontró en los sobresueldos que proporcionan las farmacéuticas una razón para perpetuarse. Al menos hasta ahora, que algunos se atreven a salir del armario y la tecnología de la red permite acceder a otras realidades informativas. Chicle, chicle... O serrín diría yo antes... Que he conocido a unos cuantos y tela...

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  4. Los 30 casos de esquizofrenia pertenecen a un seguimiento longitudinal del primer episodio, al parecer. No tiene nada que ver. Pero insisto, Aaltonen da esa prevalencia de 7 casos nuevos anuales por cada 100000 habitantes.

    Un saludo

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  5. Pues sí, al final resulta que Seikkula et al, 2011 se lo curran y dan esa cifran de incidencia de 2 casos nuevos/100000. Está fuera de mi alcance criticar la metodología. Solo puedo decir que parece marciano, decir irreal es poco.

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  6. La cuestión importate no es tanto la metodología o la estadística de los casos tratados en los estudios (aunque también lo sea) como el hecho de que pacientes psicóticos se recuperan sin la utilización o a muy pequeñas dosis de psicofármacos. Sólo ese hecho debería poner en cuestión los dogmas de la psiquiatría biológica. Hecho, por cierto, que se conoce desde hace décadas. Si esto no fuera posible no hubiese surgido un movimiento antipsiquiátrico en los años 50 y 60, movimiento que, por cierto, surgió de las entrañas de la misma psiquiatría.

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  7. ∑ancr, si como dices en tu primer comentario el aislamiento reduce la incidencia y la gravedad de la psicosis, ¿porque no se utiliza como tratamiento de primera elección? Se podría estudiar que relación tiene, pero dudo que algún laboratorio quisiera financiar algo así, ¿no?

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  8. Creo que el mundo interno de algunos psicóticos es más autosuficiente que la de otra gente mucho más condicionada, e influenciada, por la carencia de estímulos del mundo real (psicotizando neuróticos). Era solo es una opinión, ignoro si el ambiente tranquilo y pobre podría bajar realmente la incidencia de esquizofrenia.

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  9. Los excelentes resultados obtenidos en Laponia no se exportan a otros países ¡ni tan solo a otras provincias finlandesas! La Soteria de Mosher y sus réplicas fueron asfixiadas hasta desaparecer sin que en ningún momento se pusiera en duda sus resultados (bueno, Ciompi tomó el relevo). Los resultados mostrados por el IPSS y confirmados por todos los metaestudios posteriores no han servido para producir cambios drásticos en la psiquiatría institucional. Solo algunas iniciativas personales o de grupos reducidos se atreven a cuestionar en la práctica -en la clínica- el dogma establecido (esquizofrenia equitativamente repartida, de orígen genético, incurable, pero tratable de por vida con fármacos).
    No me resulta creíble que este estado de cosas se deba *únicamente* a las grande farmacéuticas. Este mítico dogma sirve para algo más que para hacer ganar dinero a unos cuantos: sirve para que otros muchos puedan dormir tranquilos, liberados de toda responsabilidad. Si el sufrimiento de millones de personas con algun tipo de psicosis no se trata mejor, no es por dificultad científica, ni técnica, ni económica.
    Pero, como sabemos, los cambios en la sociedad van a un ritmo que se antoja lento a los individuos y, además, no siempre se producen en la mejor dirección.

    Aprovecho para felicitar a los autores de este blog de referencia, Jose y Amaya. Aunque sean 'personales o de grupos reducidos' estas iniciativas son imprescindibles.


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  10. Pues en CHile no parece que estén al tanto. Allí algunos neurocirujanos insisten en lobotimizar a los pacientes psicóticos.

    http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0717-92272011000300002&script=sci_arttext

    Estas son las conclusiones del estudio:

    Conclusiones

    El análisis de las leucotomías realizadas hasta el día de hoy, nos permite sacar conclusiones de conjunto, que pasamos a resumir en los siguientes puntos:

    1) La lobotomía debe practicarse en enfermos crónicos que hayan sido sometidos a los tratamientos de rigor.

    2) Debe limitarse a los enfermos psiquiátricos crónicos e intentarse en las psiconeurosis sólo cuando se trata de enfermos de larga evolución que no han respondido a otras terapias.

    3) El éxito de la lobotomía es más probable en aquellos enfermos que no han experimentado un deterioro mental muy acentuado y en los que no se hayan desconectado totalmente del ambiente.

    4) La conducta antisocial (agresividad e impulsividad) y los síndromes angustiosos son los más beneficiados por la lobotomía.

    5) Los síndromes delirantes alucinatoríos persisten en la mayoría de los casos, igual en su forma, pero disminuye enormemente su repercusión emocional.

    6) La avaluación definitiva de los resultados sólo debe apreciarse por lo menos después de tres años de la intervención.

    7) Los riesgos operatorios no son mayores que en cualquiera otra intervención quirúrgica (Hemorragia de la cerebral anterior).

    8) Hacia el final de la intervención el paciente experimenta una desorientación total.

    9) Los accidentes post-opera torios son escasos. La enuresis transitoria es casi constante. No se observan otros trastornos neurológicos de importancia.

    10) En Ia evolución post-operatoria revelan frecuentemente un estado de estupor e indiferencia, cuya duración e intensidad no tienen valor pronóstico.

    11) Posteriormente se observa una regresión al estado infantil (falta de control de las funciones escretoras, bulimia).

    12) Gradualmente el enfermo vuelve a Ia normalidad (3-6 meses).

    13)La evolución posterior depende en gran parte de Ia personalidad pre-psicótica y pre-operatoria del enfermo.

    14) Debe insistirse, cada vez más, en la importancia del cuidado psiquiátrico post-operatorio (educación de los familiares, reeducación del enfermo, actividad ocupacional vigilada y graduada).

    15) Los éxitos obtenidos por la mayoría de los neuro-cirujanos y los nuestros autorizan para considerar la lobotomía como tratamiento habitual de las psicosis.


    Qué lástima de mundo.

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    1. Díos mio... La verdad es que llevo un día de perros después de visitar el hospital y de inyectarme mi inyección mensual del veneno que los médicos llaman avance. Estoy llorando después de ver esto. Como puede ser que se trate así a las personas. Es indignante, es monstruoso, la verdad es que me hace perder la fe en la humanidad.

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    2. Después de leer los resultados de este interesante estudio, todo esto es muy esperanzador. Es una sensación tranquilizadora conocer el enfoque que se da desde otros países al tratamiento de la enfermedad mental. Como familiar de pacientes con psicosis y voluntaria en centros de rehabilitación psicosicial conozco muy de cerca la realidad de estas personas. Se les pide que retomen sus vidas con una medicación que de por si tiene unos efectos bastante invalidantes que les entorpecen a nivel cognitivo y psicomotor, por otro lado les etiquetan como incapaces y locos de forma permanente para el resto de sus vidas apelando a factores genéticos y hereditarios basados en resultados que aun no son concluyentes. Se intenta difuminar el estigma social que sufren cambiando la forma de dirigirnos a ellos, como si eso pudiera aliviar el dolor que se siente cuando te dicen que tu problema no va a tener solución, que no tienes cura, que seras así el resto de tu vida. Esta es una realidad muy dura y la verdad es agónica. Lo cierto es que venimos arrastrando aún los prejuicios y prácticas negativas de épocas pasadas y cuando escuchamos este tipo de alternativas parece que hay personas que se niegan a creer que existen otros enfoques, otras perspectivas más sanas que nos ofrecen mejores resultados.

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  11. ¿Que requisitos necesita un ciudadano mexicano, psicólogo de profesión, para trabajar en Finlandia?

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  12. La realidad, en mi país, Uruguay, es que se necesita desesperadamente una alternativa al tratamiento actual de la esquizofrenia en este lugar. Medicación neuroléptica fuerte, internación con opción de micronarcosis, actuación por protocolo, siguiendo las pautas de los manuales DSM, el psiquiatra como primera figura, arrogándose el saber sobre lo que le sucede al paciente y ejerciendo sobre éste -y sobre la familia- un poder que lo anula como sujeto y lo desaloja de la posibilidad de curarse verdaderamente.

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