sábado, 2 de octubre de 2010

Diario de guerra en Monte Miseria

Stephen J. Bergman, bajo el seudónimo de Samuel Shem, escribió hace ya unos cuantos años el libro Monte Miseria, donde narraba las aventuras y más bien desventuras de un residente de psiquiatría en su primer año de formación. En forma de tragicomedia, leíamos toda suerte de maldades, abusos y negligencias que eran la norma y no la excepción de la práctica psiquiátrica que se supone debía aprenderse.
Con ocasión de rotar unos meses en la Unidad de Docencia y Psicoterapia de Granada, dirigida por el Dr.José María López Sánchez, maestro donde los haya, redacté un pequeño (bueno, no tan pequeño, 19 páginas) ensayo sobre Monte Miseria. Posteriormente se publicó en uno de los libros de seminarios de dicha Unidad, concretamente el volumen 10, titulado Mente y literatura, editado por la Fundación Virgen de las Nieves, en Granada en 2004. Aprovechando el inicio de nuestro blog, quiero rescatar este trabajo. Lo he releído (hace ya más de ocho años que lo escribí) y creo que, en esa época, me incomodaban las críticas muy duras que vertía Shem contra la psiquiatría, aun cuando ya reconocía su gran parte de razón. Los años me han hecho, no sé si más sabio, pero seguro menos idealista en cuanto a las bondades de gran parte de la psiquiatría como institución o de las certezas de la psiquiatría como disciplina. Pero también más consciente de la necesidad de hacer, de alguna manera, otra psiquiatría (tal vez la postpsiquiatría de la que hablaron en el BMJ Bracken y Thomas, como nos ha recordado Lizardo Cruzado en su fantástico blog Desde el manicomio).
Me gustaría finalizar la entrada con el final de mi humilde ensayo de título pretencioso: De traidores, víctimas y deserciones: Diario de guerra en Monte Miseria.

            ¿Y qué sensación queda, me queda, tras leer el libro? Cierta sensación de disgusto. De decepción. Mi primera impresión era muy favorable. Era tan fácil identificarse con Roy, admirar a Malik, ver reflejados los males terribles de la psiquiatría con tanta claridad como los vemos cada día a nuestro alrededor, sentirse comprendidos ante la angustia de no saber, de no ser capaz de hacer tu trabajo como te gustaría... Pero Monte Miseria esconde una trampa: diagnostica todos los problemas, pero no encuentra ninguna solución. No oculta nada de lo malo, pero olvida todo de lo bueno. El final es claro: no hay salida dentro de la psiquiatría, nada puede arreglarse, todo está condenado a ser tal cual es. La única opción es salir del mundo, preferentemente a una reserva india tras adoptar a una niña del tercer mundo y, eso sí, con tu novia de toda la vida.
            Pues no. Yo, personalmente, me niego a aceptarlo. Entiendo los diagnósticos, y está claro que nuestro enfermo, nuestra profesión, está muy mal: aquejada de múltiples dolencias, sufriendo por sus muchos pecados, prostituida por demasiados traidores; pero la psiquiatría va más allá de los terapeutas sádicos, corruptos o ignorantes. La psiquiatría es, etimológicamente, la ciencia que se ocupa de la curación del alma. O, como diríamos hoy, de la salud mental, de las enfermedades mentales, del estudio de la mente, sana o enferma... La disciplina, hermana con la psicología, que estudia lo más elevado del ser humano y  aquéllo que lo define como tal, independientemente de que lo nombremos mente, alma, espíritu. O imdependientemente de que no sepamos o queramos nombrarlo. Y se ocupa, o al menos lo intenta, de aliviar los sufrimientos que derivan de ello, que derivan, en última instancia, de la condición humana en cuanto tal.
            Si la psiquiatría, la psicología o como se vaya a llamar el siglo que viene, está enferma, sucia y violada, nuestro deber es hacerla levantarse, recuperar la dignidad y ponerla a trabajar en sus asuntos, que son los nuestros. No vale mirar para otro lado ni huír a las montañas.

7 comentarios:

  1. Es impresionante comprobar como en cualquier manual se cuelan hipótesis acientíficas que se postulan como verdades basadas en simples correlaciones y en juicios diagnósticos mas que discutibles.
    Es comprensible que siendo médicos a los psiquiatras se les "adoctrine" de semejante forma, ¿pero como se explica eso mismo con los psicólogos?. Me temo que además de enferma, sucia y violada, la psicología (como profesión) ha sido prostituida, con su chulo y todo.
    La tarea es complicada. Requiere sacar las miserias al aire. Explicarle a la gente los hechos. Hechos como que el Zyprexa se ha vendido demonizando al Haloperidol, no por razones médicas, sino económicas. Creo que una de las vias, es precisamente las facilidades que ofrece la globalización y el flujo inmediato de la información. Ya lo pudimos ver con la Gripe A, que aún siendo un éxito comercial para las farmaceuticas, podía haberlo sido aún mucho mas si no llega a ser por las voces discrepantes.
    Saludos

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  2. Temo que la ciencia, o más bien lo aparentemente científico, es la religión de nuestros tiempos. Todo aquello que parezca avalado por "expertos" o "experimentos" se convierte en dogma. Y como tal dogma, se vuelve casi inatacable a pesar de que se acumulen pruebas en contra. Lo irónico es que la verdadera ciencia siempre deja sus hipótesis en suspenso, hasta que una nueva evidencia pueda descartarlas y traer consigo otras mejores. Pero los dogmas, ya se sabe, traen supuestas certezas y, para quien no las quiera, diversos grados de excomunión (esperemos que no de hogueras).
    En cuanto a la comparación de olanzapina (zyprexa) y haloperidol, estoy de acuerdo, pero no es que lo digamos nosotros. Ya se dijo en la revista de la Asociación Médica Americana:

    Rosenheck, R.A. y otros, for the Department of Veterans Affairs Cooperative Study Group on the Cost-Effectiveness of Olanzapine, “Effectiveness and cost of olanzapine and haloperidol in the treatment of schizophrenia”, JAMA, 2003, 290, pp. 2693-2702.

    Un saludo.

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  3. Ha concitado mucho mi interés la lectura de su ensayo sobre Monte Miseria, Dr. Valdecasas, y, por cierto, ha renovado mi propósito de ahora sí de una buena vez terminar de leer la novela. Concuerdo esencialmente con los conceptos que Ud. vierte en su análisis y, aficionado a las frases hechas, me permito resaltar -como una metáfora, no como una fórmula- ésta de Shem: "Los seres humanos son tan enormemente complejos que cualquier teoría encaja. Pero, al encajar, la teoría excluye su complejidad, de forma que te hace perder lo “humano” que hay en ellos. Las teorías que encajan excluyen a otras teorías, y por tanto no sirven."

    Muy agradecido. Reciba mis más cordiales saludos.

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  4. Muchas gracias por sus comentarios. El escrito tiene ya unos años y recuerdo que la novela me desagradó cuando la leí por lo descarnado de la crítica. Supongo y temo que si la volviera a leer estaría más de acuerdo que entonces con dicha crítica.
    Y, si no le importa, prefiero que me llame Jose (lo de Dr.Valdecasas me suena a figura de autoridad, cosa que ni soy ni pretendo ser).
    Un saludo.

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  5. Enhorabuena Jose!! por el nuevo "chiguito"(el blog, no te asustes)!!no sabia yo tal buena nueva!!(estoy de vacas).
    Yo también leí Monte Miseria, hace ya algunos años y me quedé , al final, con ese "mal cuerpo" por el pesimismo de las circunstancias... Me emociona leer que debemos y digo debemos!!!seguir luchando por mejorar este embrollo en el que estamos metidos. Es lo mismo que pienso yo, que todavía desde la cuna, adoro mi futura profesión y me niego a renunciar al optimismo con que encaro el futuro de la misma. Entre otras cosas porque es mucha la responsabilidad que tenemos entre manos.
    Saludos!!

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  6. Contra!!Amaia!!!enhorabuena a ti también! como sólo habia leido el articulo este pensé que era de Jose el blog!!!(ESTO NO LO PUBLIQUEIS POR DIOS!!!)JAJAJAJ. El jueves te veo en los semis!
    Besazo pa los dos!

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  7. Totalmente de acuerdo con Lizardo. Reducir algo tan complejo como la mente humana a una teoría, por elaborada que sea, no puede dejar de ser una reductio ad absurdum...Siempre recordaré un simposium al que asistí como residente en que se hablaba de las distintas corrientes psicológicas-psicoterapéuticas usando la "paradoja del dodo" en relación al fragmento de Alicia en el país de las maravillas en el capítulo "La carrera" en el que tras una extenuante carrera en círculos, totalmente absurda, los participantes preguntan a Alicia: "Quién ha ganado?". Obviamente Alicia no sabe quién ha ganado, cuando entonces salta el dodo y exclama : "Todos hemos ganado". Efectivamente, en lo que se refiere a teorías, corrientes, escuelas que expliquen el fenómeno complejo que pretende estudiar la psiquiatría, todo el mundo te vende que todas las opciones-teorías son válidas (ninguna por el momento ha demostrado una superioridad aplastante como para descartar el resto), pero si cabe la mía es un poquito más cierta que las demás...Ese proselitismo barato y la falta de autocrítica de la que adolecen casi todos los posicionamientos teóricos me resultó y me sigue resultando sospechosa...El dogma y la nueva "religión científica" de la que hablaba Jose. Por suerte mi maestro me enseñó a dudar de todo, y ahí seguimos...

    RingTailedLemur

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